En Cuenta, Imagina y Crea te proponemos sumergirte en una experiencia diaria repleta de sorpresas a través de iniciativas innovadoras y creativas que despertarán tu imaginación.
Crecimiento Personal a Través de la Lectura
“Crecer es mucho más que transitar del asomo a la experiencia; es aprender a habitar el tiempo con conciencia, a cuestionar lo dado y a buscar sentido en lo invisible.Leer, en ese proceso, no es un mero acto de descifrar palabras, sino una forma profunda de conocerse, de dialogar con otras mentes, de ensanchar el pensamiento y el alma.
Porque cada libro leído es una semilla que brota en el terreno del juicio, de la empatía y de la libertad; y quien crece leyendo, crece pensando, soñando, eligiendo con mayor claridad quién quiere ser en el mundo.
”
Una Colección Familiar para Compartir
El Eco del Río
En un bosque magnífico y sereno, al pie de unas montañas azules, vivía un colií que volaba más rápido que el viento.Cada mañana, saludaba al río con un zumbido “¡Zzzzum!” y se reía cuando su eco le respondía de igual manera.
Cerca de ese río, en un árbol grande lleno de flores, habitaba una familia de ardillas juguetonas.
Les encantaba reír, saltar y contar historias.
A veces, le decían al colií “¡Zumbón!” y todos reían a carcajadas cuando él pasaba.
El colií saludaba educadamente a todas las ardillas, aunque deseaba gritarles algo.
Más allá, en un tronco hueco, vivía Don Pico, un pájaro carpintero cuyo pico largo hacía temblar las hojas al martillar.
Las ardillas lo llamaban “Toc-Toc Narizón” y el colií se unía a la diversión del saludo, diciéndole – “¡Hola, buen día Pico-Martillo!”.
Sin embargo, un día, Don Pico dejó de martillar.
El colií ya no volaba tan rápido y las ardillas dejaron de saltar tanto.
El bosque se sintió más callado, y el eco del río no repetía los alegres sonidos de sus acciones.
– ¿Qué pasó? – preguntó el colií.
– Tal vez nuestras bromas no eran tan divertidas – dijo la ardilla mayor, que era muy sabia.
– Quizá esos apodos no eran tan bonitos como creíamos – comentó Don Pico desde su tronco.
El río los escuchaba en silencio.
Entonces, todos se reunieron junto al agua brillante y hablaron.
Se miraron con cariño, se pidieron perdón y se abrazaron.
– Me gusta que me llames por mi nombre – dijo Don Pico.
– Y a mí que me digas solo colií – respondió el pequeño volador.
– Y nosotros somos las ardillas saltarinas, no “cola de pompón” – dijeron riendo al unísono las ardillas, siempre contentas.
Desde aquel día, en el bosque cerca de las hermosas montañas bajo el inmenso cielo azul, los amigos comenzaron a llamarse con respeto, sin dejar de jugar ni de reír.
La amistad se construye con palabras bonitas y corazones sinceros, con alegría y mucho respeto.
Así, el eco del río volvió a sonar alegre, como una canción que se canta igual al derecho que al revés.
El Eco que el Río Canta
Siempre lo hace con respeto.Las montañas son azules.
Un pájaro colií vuela por este gran bosque.
Un pico palo trabaja.
Unas ardillas que juegan.
Todo el bosque se divierte.
Y el río que en eco canta.
FIN
Títulos de la Colección
Tomo 1 Otacilio y los mil zapatos El eco del bosque La fábrica todo pez Droy y la rosa mágica Tomo 2 El rugido de la armonía El árbol que habla con el cielo Zulema y el vuelo invisible Derechos reservados © Cuenta Imagina y Crea / Libros artesanales.En Cuenta, Imagina y Crea proponemos ¡cada día algo nuevo! Se publicó primero en Diario La R.
Fuente: Grupo R Multimedio