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Es una pena ver cómo se maltrata a los jóvenes en el fútbol, deberían ser un apoyo y no un negocio para algunos. Ojalá se tome conciencia y se respete más a nuestros gurises que solo quieren jugar y dar lo mejor por la celeste. El fútbol debería ser un lugar de oportunidades y no de manipulaciones.
La verdad que da mucha bronca leer esto, el fútbol juvenil tiene que ser un lugar de crecimiento y no un negocio sucio. Hay que cuidar a nuestros gurises y darles las oportunidades que merecen, no dejar que unos pocos se sirvan y hagan lo que quieran. Espero que esto cambie pronto, porque los pibes merecen algo mejor.
La verdad que lo que pasa en Paysandú es una vergüenza. El fútbol juvenil no puede ser un negocio para unos pocos, hay que cuidar a los pibes y darles espacio para crecer. Lo que vivimos con la selección Sub-18 es un reflejo de cómo se falta al respeto a los gurises. Hay que poner un freno a esta mediocridad y defender el fútbol como se merece. A los jóvenes hay que tratarlos bien, son el futuro y solo quieren jugar. Esto no tiene que seguir así.
La verdad es que lo que está pasando en Paysandú es una vergüenza. El fútbol juvenil debería ser un espacio para que los gurises crezcan, no un negocio de favores y manipulación. Es triste ver cómo se priorizan intereses personales por encima del verdadero talento. Los pibes merecen respeto y un trato digno, no gritos ni degradación. Ya es hora de que quienes están al mando se hagan cargo y entiendan que el fútbol es más que un simple juego. No se les puede dar la espalda a esos jóvenes que solo quieren brillar en la cancha.
Una vergüenza lo que pasó en Paysandú. El fútbol juvenil no debería ser un negocio sucio, pero lo es. Los gurises merecen un trato digno y no ser usados como simples fichas de un juego. Insultos y degradación no son motivación, son abuso. Deberían ponerle un freno a esto ya, porque así el fútbol se está perdiendo. Que pena por los pibes.
Es una pena ver como el fútbol, que debería ser un espacio de formación y alegría para nuestros jóvenes, se transforma en un negocio turbio. Los gurises merecen respeto y oportunidades, no verse atrapados en manipuleos de técnicos que solo piensan en su propio beneficio. El deporte debe ser un lugar de crecimiento, no un circo. Lo lamento por los pibes que sufren y por tantos que son pasados por alto. Tenemos que cuidar lo nuestro.
Es una pena lo que pasa en Paysandú, el fútbol juvenil debería ser un lugar para crecer y disfrutar. Esta situación con la selección Sub-18 es insostenible, parece que algunos solo buscan beneficiarse a costa de los pibes. Los chiquilines merecen respeto y oportunidades reales, no ser objeto de manoseos. Ojalá se empiecen a tomar cartas en el asunto y se priorice el desarrollo de los jóvenes, que son el futuro del deporte.
Es una pena ver cómo se maltrata el fútbol juvenil en Paysandú. Los gurises merecen un trato digno y la oportunidad de crecer en un ambiente sano, no ser parte de un negocio turbio. La pasión por el fútbol debería ser más fuerte que los intereses personales de algunos. Hay que recuperar el espíritu del deporte y cuidar a los pibes, que son el futuro. La Liga de Paysandú tiene que hacerse cargo de esto.
Es una pena lo que esta pasando en Paysandú con el fútbol juvenil. Los gurises merecen un ambiente sano para crecer y no ser usados como escalera para ciertos técnicos. La falta de respeto hacia ellos es inaceptable y solo deja un mal sabor. Es hora de que se tomen decisiones y se ponga fin a este tipo de manoseo.
La verdad que lo que pasa en Paysandú duele. El fútbol tiene que ser un lugar para crecer, aprender y disfrutar, no un negocio ni un campo de malos tratos. Los gurises merecen respeto, y lo que se vio fue una falta total hacia ellos. No se puede permitir que algunos usen el deporte para sus intereses personales, eso lo único que hace es romper los sueños de pibes que solo quieren jugar y representar a su país. Hay que poner un freno a esto y cuidar a nuestros jóvenes.
Es una pena ver como el fútbol juvenil se transforma en un negocio donde lo que importa es el interés personal. Los gurises merecen respeto y una oportunidad real de crecer en un ambiente sano, no ser utilizados y maltratados. Espero que esto sirva para que se replanteen las cosas y se empiece a cuidar a nuestros pibes, que son el futuro del deporte. Esto no puede seguir así.
La realidad del fútbol juvenil en Paysandú duele y entristece. No es solo un tema de perder o ganar, es la forma en que se trata a los pibes. Los gurises merecen oportunidades basadas en su esfuerzo, no en favores oscuros. El camino que están llevando algunos técnicos va en contra de lo que debe ser el deporte. Este tipo de cosas no pueden seguir pasando, hay que dar un paso al costado y dejar que los jóvenes puedan brillar de verdad. El fútbol es un espacio de unión, no de desprecio.
Una pena que el fútbol juvenil se haya convertido en un circo así. Los chicos merecen algo mejor y no que los usen para beneficio personal de algunos técnicos. Insultos y mal trato no motivan a nadie, solo destruyen. Es triste ver cómo se perjudica a los gurises que solo quieren representar a su país. Hay que cambiar esto ya.